Cambio de residencia fiscal entre Argentina y Uruguay: claves legales, requisitos y jurisprudencia reciente

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Introducción

En los últimos años, el interés de muchos argentinos en mudarse a Uruguay se ha incrementado de manera sostenida. Las razones son diversas: estabilidad política, seguridad jurídica, incentivos tributarios, calidad de vida y cercanía cultural. Sin embargo, detrás de la decisión personal de trasladarse al otro lado del Río de la Plata existe una cuestión fundamental que trasciende lo migratorio: el cambio de residencia fiscal.

La residencia fiscal determina en qué país una persona debe declarar y tributar la totalidad de sus ingresos y patrimonio. Por eso, la transición entre ser residente fiscal argentino y convertirse en residente fiscal uruguayo no es un simple trámite burocrático: requiere cumplir con condiciones específicas en ambos países y, sobre todo, evitar caer en la temida situación de doble residencia fiscal.

En este artículo exploraremos cómo funciona este proceso, cuáles son los principales criterios que se aplican en Argentina y Uruguay, y de qué manera el reciente fallo Gruneisen, Ricardo Arturo c/ AFIP brinda una mayor claridad sobre la pérdida de residencia en Argentina.

La residencia fiscal en Argentina y el caso Gruneisen

La legislación argentina establece que son residentes fiscales aquellas personas que mantienen su domicilio en el país o que, aun viviendo en el extranjero, no han adquirido residencia permanente en otro Estado.

Durante mucho tiempo, la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) sostuvo un criterio formalista: exigía al contribuyente presentar una declaración específica para reconocer la pérdida de residencia fiscal. En la práctica, esto generaba tensiones, ya que alguien que efectivamente había dejado el país seguía siendo considerado residente argentino mientras no cumpliera con la formalidad administrativa.

El fallo Gruneisen, Ricardo Arturo c/ AFIP (resuelto en 2025 por la Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal) marcó un giro importante. El tribunal confirmó que la residencia fiscal se pierde automáticamente con la adquisición de una residencia permanente en el exterior, sin que sea necesario presentar una declaración expresa ante la AFIP.

¿Qué significa esto en la práctica?

  • Que lo determinante son los hechos objetivos: si el contribuyente acredita haber obtenido residencia en otro país, la residencia argentina se pierde en ese mismo momento.
  • Que se consolida el principio de informalismo moderado: no pueden imponerse cargas formales excesivas que desconozcan una realidad comprobable.
  • Que la fecha en que se adquiere la nueva residencia es decisiva para establecer hasta cuándo se generan obligaciones fiscales en Argentina.

Este fallo se ha convertido en un punto de referencia para quienes planean un cambio de residencia, ya que brinda mayor seguridad jurídica y reduce el riesgo de interpretaciones arbitrarias por parte de la administración tributaria.

La residencia fiscal en Uruguay: opciones previstas en la legislación

Mientras que en Argentina la clave es perder la residencia fiscal, en Uruguay el objetivo es adquirirla. La normativa uruguaya, regulada principalmente por la Dirección General Impositiva (DGI), establece diversos caminos para acceder a la residencia fiscal.

Opciones para Obtener la Residencia Fiscal

De acuerdo con la legislación uruguaya vigente, una persona física puede adquirir la residencia fiscal cumpliendo alguna de las siguientes condiciones:

  1. Permanencia en Uruguay
    • Permanecer más de 183 días durante el año civil en territorio nacional. Las ausencias esporádicas de hasta 30 días corridos se consideran días de permanencia.
  2. Centro de Intereses Vitales
    • Mantener en Uruguay el núcleo principal o base de actividades vitales, especialmente si su cónyuge e hijos menores residen en el país.
  3. Centro de Actividades Económicas
    • Generar en Uruguay ingresos superiores a los obtenidos en cualquier otro país.
  4. Inversión en Bienes Inmuebles
    • Adquirir bienes inmuebles por un valor superior a 15.000.000 Unidades Indexadas (aproximadamente USD 2.350.000).
    • Realizar inversiones inmobiliarias superiores a 3.500.000 de Unidades Indexadas (aproximadamente USD 550.000) a partir del 1° de julio de 2020, permaneciendo al menos 60 días en el país durante el año civil.
  5. Inversión en Empresas
    • Realizar inversiones directas o indirectas en empresas por más de 15.000.000 de Unidades Indexadas (aproximadamente USD 2.230.000), generando al menos 15 nuevos puestos de trabajo.
    • Realizar inversiones en proyectos declarados de interés nacional por más de 45.000.000 de Unidades Indexadas (aproximadamente USD 7.000.000).

Régimen de Tax Holiday

Uruguay ofrece el beneficio fiscal denominado «Tax Holiday», que exonera a los nuevos residentes fiscales del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sobre los rendimientos de capital mobiliario provenientes del exterior (intereses y dividendos):

  • Residencias fiscales obtenidas a partir del 1° de enero de 2020:
    • Exoneración por 11 años (año de obtención más 10 años adicionales), o
    • Tributar indefinidamente a una tasa reducida del 7% sobre dichos rendimientos.
  • Residencias fiscales obtenidas antes del 1° de enero de 2020:
    • Exoneración inicial de 6 años, ampliable a 11 años si se cumplen condiciones adicionales de inversión inmobiliaria y presencia efectiva en el país.

Probablemente estas condiciones sean modificadas por la Ley de Presupuesto 2025 actualmente en discusión en el Parlamento (si le interesa acceda al informe del mes pasado en la web de Insight Trust).

El riesgo de la doble residencia fiscal

Un error común es pensar que basta con obtener la residencia fiscal en Uruguay para dejar de tributar en Argentina. En realidad, el proceso es dual: hay que cumplir con los requisitos de ambos países simultáneamente.

Si una persona obtiene el certificado uruguayo, pero la AFIP sigue considerándola residente en Argentina, se genera una situación de doble residencia fiscal. En ese caso, ambos países podrían pretender gravar sus rentas y/o patrimonio, con el consecuente riesgo de doble imposición internacional.

Argentina y Uruguay firmaron en 2012 un Convenio para Evitar la Doble Imposición (CDI), que incluye criterios de desempate (tie-breaker rules). Entre ellos se evalúan aspectos como:

  • El lugar de la vivienda permanente.
  • El centro de intereses vitales.
  • La residencia habitual.
  • La nacionalidad.

Si bien el CDI brinda una solución técnica, depender de estas reglas suele ser complejo y genera incertidumbre, ya que obliga a entrar en un análisis caso por caso. Por eso, la estrategia más recomendable es lograr un corte claro: dejar de ser residente fiscal en Argentina y, al mismo tiempo, convertirse en residente fiscal en Uruguay.

Implicancias prácticas para los contribuyentes

La jurisprudencia del caso Gruneisen refuerza un principio práctico: la residencia fiscal no depende de formalismos, sino de la realidad. Esto significa que los contribuyentes argentinos que obtienen la residencia uruguaya cuentan con un argumento sólido para sostener la pérdida automática de residencia en Argentina.

No obstante, la planificación sigue siendo clave. Entre las medidas que se suelen recomendar están:

  • Mantener documentación completa que acredite la residencia uruguaya (certificado de residencia, contratos de alquiler, escritura de inmueble, certificados de inversión, permisos migratorios, etc.).
  • Evitar mantener en Argentina elementos que puedan interpretarse como centro de vida (domicilio familiar, cuota club social, negocios activos, etc.).
  • Asegurar la obtención del certificado de residencia fiscal en Uruguay y presentarlo frente a bancos o autoridades extranjeras que lo requieran.

Conclusión

El proceso de cambio de residencia fiscal entre Argentina y Uruguay es una de las decisiones más relevantes para quienes buscan optimizar su situación patrimonial y tributaria en un contexto internacional.

El fallo Gruneisen ha despejado dudas importantes al confirmar que, en Argentina, la residencia se pierde automáticamente al adquirir una residencia permanente en el exterior. Esto otorga a los contribuyentes mayor certeza jurídica para ordenar sus asuntos fiscales.

Al mismo tiempo, Uruguay ofrece un marco legal claro y flexible para obtener la residencia fiscal, ya sea por permanencia física, inversión inmobiliaria o inversión productiva.

La combinación de ambos sistemas —pérdida en Argentina y adquisición en Uruguay— permite a los contribuyentes evitar la doble residencia y consolidar un estatus tributario transparente y seguro.

La recomendación final es siempre la misma: planificar con anticipación, documentar cada paso y contar con asesoramiento especializado. Solo así se garantiza que el traslado de residencia, más allá de lo personal y familiar, sea también un movimiento fiscalmente eficiente y jurídicamente sólido.

 

Informe realizado por el equipo de asesores de Insight Trust      

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