La familia Murdoch pone fin a décadas de disputa sucesoria mediante un fideicomiso familiar
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La prolongada batalla por la sucesión en la familia Murdoch –que inspiró la serie de TV Succession– ha llegado a su fin con un acuerdo histórico. El patriarca mediático Rupert Murdoch y sus hijos alcanzaron un arreglo legal que otorga a Lachlan Murdoch, el primogénito, el control del imperio familiar, mientras sus hermanos mayores se retirarán del negocio a cambio de una compensación multimillonaria. La clave del pacto fue la reestructuración de un fideicomiso familiar, herramienta jurídica que permitió destrabar décadas de luchas internas por el poder en el clan Murdoch.
El acuerdo, anunciado en septiembre de 2025, despeja cualquier incertidumbre sobre el futuro del grupo mediático y evita que los demás herederos disputen el liderazgo de Lachlan en adelante. Prudence MacLeod, Elisabeth Murdoch y James Murdoch –tres de los hijos mayores de Rupert– accedieron a vender la totalidad de sus participaciones en Fox Corporation y News Corp. Recibirán aproximadamente 1.100 millones de dólares cada uno por sus acciones, y dejarán de ser beneficiarios de los fideicomisos que controlan la empresa. Estos pagos se financiarán con la venta de unos 16,9 millones de acciones clase B de Fox y 14,2 millones de acciones clase B de News Corp, según informó la compañía. A cambio, se creará un nuevo fideicomiso familiar que concentrará el 36% de las acciones con derecho a voto de Fox y el 33% de las de News Corp en manos de Lachlan y de sus dos hermanas menores, Chloe y Grace. De este modo, Lachlan Murdoch queda como único heredero al frente del holding mediático, asegurando la continuidad de la empresa en el futuro previsible.
La resolución pone fin a una disputa hereditaria que se prolongó por más de veinte años, un drama real que por momentos pareció sacado del guión de Succession. De hecho, la célebre serie de HBO sobre intrigas familiares en un conglomerado de medios se inspiró en parte en los Murdoch, cuya lucha por el poder mantuvo en vilo al mundo empresarial. Con el acuerdo actual, la familia ha logrado evitar una guerra sucesoria pública y ha conservado la línea editorial conservadora de sus medios bajo el mando de Lachlan, considerado el más afín ideológicamente a su padre. “El nuevo fideicomiso expirará recién en 2050, lo que asegura que Lachlan mantenga el control del imperio por al menos un cuarto de siglo más”, destacó la prensa, subrayando que Rupert Murdoch cumple así su objetivo de “garantizar la continuidad” de su legado político-empresarial en manos de su sucesor designado.
La clave de este desenlace estuvo en la utilización del fideicomiso familiar Murdoch como eje de la negociación. Dicho fideicomiso se había creado en 1999, tras el divorcio de Murdoch de su segunda esposa, con el fin de dar a sus cuatro hijos mayores (Prudence, Elisabeth, Lachlan y James) un control equitativo de las acciones con derecho a voto de sus compañías cuando él falleciera. Ese compromiso, plasmado en un fideicomiso irrevocable, terminó limitando la capacidad de Murdoch para designar a un sucesor único y sembró la semilla de futuros conflictos internos. Con los años, Rupert llegó a temer que sus otros hijos –de posturas más moderadas– pudieran aliarse para cambiar el rumbo ideológico de sus medios y desbancar a Lachlan. A fines de 2023 intentó modificar unilateralmente los términos del fideicomiso (irónicamente bajo el nombre “Proyecto Armonía Familiar”) para asegurar que solo Lachlan heredara el control total. Sin embargo, sus hijos impugnaron la maniobra en una corte de Nevada, la cual bloqueó los cambios propuestos al considerar que Murdoch actuaba de mala fe en perjuicio de los demás beneficiarios. Este revés judicial llevó a meses de litigio y, finalmente, forzó a la familia a volver a la mesa de negociación.
Frustrado en tribunales, Murdoch se vio obligado a pactar con sus herederos. Tras un año de enfrentamientos legales, mediaciones discretas y tensiones públicas, las partes sellaron un acuerdo privado que en cierta forma permite a todos salir airosos. “Rupert y Lachlan aseguran la continuidad del liderazgo conservador bajo el hijo elegido, mientras Prudence, Elisabeth y James obtienen una compensación millonaria y la libertad de desvincularse de un imperio con el que no se identifican”, resumió la prensa sobre el compromiso alcanzado. El nuevo arreglo extiende la vigencia del fideicomiso hasta 2050, blindando el mando de Lachlan por al menos 25 años más. De este modo, Rupert Murdoch consigue finalmente fijar su sucesión tal como deseaba, evitando una guerra corporativa que habría puesto en riesgo la estabilidad y el valor de su imperio mediático.
Ventajas de los fideicomisos en la planificación sucesoria
Este desenlace destaca el rol clave que puede cumplir un fideicomiso familiar en la planificación patrimonial de una sucesión, especialmente en familias empresarias de alto perfil internacional. Los fideicomisos (trusts) son herramientas jurídicas flexibles que permiten administrar y transferir activos conforme a las instrucciones del fundador, ofreciendo múltiples beneficios frente a una sucesión tradicional vía testamento. La propia batalla de los Murdoch es un recordatorio de la importancia de contar con un plan sucesorio integral para evitar disputas familiares que pongan en jaque a la empresa. De hecho, en muchos patrimonios familiares cuantiosos es común la creación de trusts revocables o irrevocables para gestionar la herencia y el control de las empresas a largo plazo.
Entre las ventajas de utilizar un fideicomiso para planificar la sucesión cabe mencionar:
- Continuidad del negocio y del legado: Un trust bien diseñado asegura una transición ordenada en la gestión de la empresa familiar. Permite designar por adelantado quién tomará las riendas del negocio tras el fallecimiento del fundador, evitando vacíos de poder y preservando la visión estratégica original de la compañía. En el caso Murdoch, por ejemplo, la estructura fiduciaria le permitió al patriarca mantener la cohesión del imperio bajo el mando de su sucesor elegido, sin interrupciones en el liderazgo.
- Prevención de conflictos entre herederos: Al establecer reglas claras y vinculantes para la distribución del patrimonio y los derechos de voto, los fideicomisos reducen la incertidumbre y el potencial de disputas entre familiares. Cada beneficiario conoce de antemano qué le corresponde y qué límites existen, lo que minimiza las probabilidades de litigios prolongados por la herencia. Aunque en la familia Murdoch hubo fricciones, fue finalmente el marco del trust el que facilitó una solución pactada, evitando una batalla campal por el control de las empresas.
- Eficiencia, privacidad y agilidad sucesoria: Los activos colocados en un fideicomiso no pasan por el engorroso proceso de probate o juicio sucesorio público. Al fallecer el titular, la transferencia a los beneficiarios designados ocurre de forma casi automática, conforme a lo previsto en el trust, evitando demoras, costos judiciales y la exposición pública de los asuntos familiares. Esta agilidad y discreción resultan especialmente valiosas para familias prominentes, ya que mantiene sus decisiones sucesorias en el ámbito privado y fuera del escrutinio público.
- Beneficios fiscales y protección del patrimonio: Una estructura fiduciaria bien planificada puede minimizar la carga impositiva en la transmisión generacional de la riqueza. En muchas jurisdicciones, los fideicomisos reducen o eliminan los impuestos sucesorios (estate taxes) que gravarían una herencia distribuida por vía testamentaria, preservando así un mayor porcentaje de los activos para los herederos. Asimismo, un trust puede proteger los bienes frente a acreedores o reclamaciones legales, segregando el patrimonio familiar de posibles contingencias individuales. Esto brinda mayor seguridad a largo plazo, asegurando que el legado perdure en beneficio de las siguientes generaciones.
En síntesis, el caso Murdoch demuestra cómo un fideicomiso bien estructurado puede ser la piedra angular de la sucesión en grandes imperios empresariales. Si bien un trust irrevocable puede ser un arma de doble filo –ofrece certeza y estabilidad jurídica, pero a la vez es rígido y exige un diseño muy cuidadoso–, sus beneficios superan los riesgos cuando se planifica correctamente. Con el asesoramiento adecuado, los fideicomisos familiares se confirman como una herramienta eficaz de planificación fiscal y patrimonial para garantizar la continuidad del legado familiar, reducir conflictos y optimizar la transmisión de la riqueza a la siguiente generación.
Informe realizado por el equipo de asesores de Insight Trust
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